Desolación en el pleno, y no por la modificación del plan general en la plaza de Euskaltzaindia, que no deja de ser uno de los trámites administrativos que tienen que dar; sino por la lamentable imagen que ofrecieron los integrantes del pleno.
¿Que pasa con nuestros políticos en estos tiempos dificiles?, reciben a una representación ciudadana y se comportan como niños en un patio de colegio. Siempre he pensado que cuando alguien viene de visita se debe ser buen anfitrión, se le debe tratar con deferencia y hacerle agradable su estancia.
Nada más lejos de la realidad. El alcalde en su primera respuesta a las palabras de esta representación la menosprecia. Las formaciones políticas, la obvian y cuál en patio de colegio se enzarzan en ataques dialécticos, revolviendo la realidad para que les sea lo más propicia posible. ¿Donde quedan las respuestas a las incognitas lanzadas?, ¿dónde quedan las propuestas?, ¿donde queda el debate?, ¿donde queda el respeto?, ¿donde queda la educación y las buenas maneras?. Es curioso ir de visita y sentirte insultado, obviado.
Un político debe ser, ante todo, un ejemplo para los ciudadanos a quién representan. No solo gobierna por medio de leyes o decretos sino que, además, también gobierna con su ejemplo personal. El político se convierte en un problema para la sociedad cuando no está a la altura de su responsabilidad moral y ética, cuando se da un lamentable espectáculo de deshonestidad. En este escenario solo se pueden extraer modelos de vulgaridad y mediocridad. Ese político no puede inspirar credibilidad en la ciudadanía y la confianza en el conjunto del sistema, poco a poco, se desmorona.
Nos hemos quedado absolutamente sorprendidos con la «merienda política» en que se convirtió el Pleno del día 27. Más de la mitad del discurso fue sobre el pasado….»tú dijiste, hiciste….» ……..uf!!! es imposible que así se puedan gestionar en condiciones el presupuesto de esta ciudad. ¡Qué decepción!!! Ataque, ataque, ataque…….. esa es la estrategia de todos. Todos contra todos!!!. La imagen que se dio es la de un pleno del ayuntamiento muy distante de los ciudadanos. En estas condiciones se ahogó el debate y los argumentos serios ante asuntos tan importantes.
Este es el caldo de cultivo perfecto para que se llegue al contexto en el que nos encontramos. Que una magnifica estación de autobuses, en un principio completamente integrada en un brillante complejo intermodal junto con el ferrocarril, se desgrane para ser ubicada por separado en una plaza que jamás fue tomada como posible opción y aquella gran idea de estación única se esté abocando a la ruptura en dos diferente estaciones separadas una de la otra por kilometros, una en el Norte y la otra en el Sur, mientras que los políticos que nos dirigen enrocados en sus posiciones no ven más allí, siendo arrollados por la situación que vivimos.
Aún y todo queremos ver pequeños gestos participativos y positivos, atisbos de análisis real, que solo se tratara del cansancio producido por la larga jornada.
Recordemos la frase del escritor filosófico James Allen
«Trabajar alegre y pacíficamente, sabiendo que los pensamientos y los esfuerzos traen inevitable resultados buenos».